viernes, 21 de junio de 2019

Cómo crear un hogar eficiente a través del diseño.



"Energías renovables" y "materiales ecológicos" son dos conceptos que escuchamos a diario. Llevar un modo de vida ecológico además de saludable, se ha convertido en una filosofía no sólo ligada al ámbito de la salud, sino también a la arquitectura y al diseño.

Pero… ¿Cómo creamos un espacio eficiente y saludable a través del diseño?

En una vivienda convencional la energía destinada a calefacción y refrigeración supone en torno al 40% del gasto energético del hogar. Si conseguimos reducir esta demanda gracias al diseño de la vivienda, con criterios pasivos como la orientación, ventilación, protección solar, etc. podemos llegar a reducir esta demanda considerablemente.
Como referencia, las viviendas construidas con el estándar Passivhaus, alcanzan un consumo casi nulo.
En cuanto a la iluminación debemos aprovechar al máximo la luz solar, sobre todo si hemos orientado bien la casa y, cuando esto no sea posible, utilizar iluminación eficiente como es la tecnología LED, que además de ser más sostenible nos ayudará a ahorrar en la factura de la luz.
Para tener un impacto a nivel de consumidor de energía, es indispensable revisar los suministros contratados.
Apostar por las energías renovables es posible sin instalar placas solares en el tejado.

Cada día más empresas eléctricas se suman a las energías verdes. Existen pequeñas empresas como las 25 propuestas en este artículo que sólo comercializan energía 100% renovable. Además, grandes empresas como Iberdrola o Endesa también han incorporado algunas “opciones verdes” a sus tarifas.

De cara a la salubridad, también debemos revisar otros aspectos, como son los materiales que utilizamos en la construcción y reforma de los edificios.

Podemos elegir materiales naturales como piedras, maderas, pinturas ecológicas, que aparte de sus valores estéticos tienen bajas emisiones de COVs (Compuestos Orgánicos Volátiles). Estos compuestos son contaminantes del aire y se liberan desde disolventes, pinturas, adhesivos, plásticos, aromatizantes y otros productos que utilizamos en nuestro día a día como perfumes, suavizantes o productos de limpieza. ¿Qué tienen de malo? Provocan daños en la piel, en el aparato respiratorio, mareos, incluso efectos psíquicos: irritabilidad, dificultad de concentración, etc

Organizaciones como la Fundación Alborada ayudan a tratar y prevenir este problema que pronto puede afectar a millones de personas dado el alto nivel de contaminación química en el aire, en nuestras casas, en centros de trabajo y en nuestros propios cuerpos.

También es interesante elegir materiales fabricados a partir del recuperado y reciclaje, como maderas, vidrios o algunos materiales pétreos, prestando atención a que no lleven colas, barnices o pinturas tóxicas.


Ser consciente y tener en cuenta estos factores a la hora de diseñar un espacio te ayudará a vivir en un ambiente más saludable, y colaborarás a reducir tu huella medioambiental.