fotografía: Javier Ortega. Piso en Madrid more-eco
La casa es un espacio vivo, definido por unos límites, que son los muros exteriores. Dentro de ella tienen lugar multitud de actividades diferentes, algunas de ellas con muchas personas cuando se reúnen en torno a una cena o una celebración, entonces la casa se ensancha para albergarlos y se llena de sonidos y de alegría. En otros momentos del día de esa casa, las tareas se separan y sus habitantes realizan actividades diferentes y la casa se fragmenta y se silencia.
Una vivienda rígida con espacios delimitados por habitaciones con tabiques y puertas convencionales permite realizar actividades concretas en cada una de ellas, según el volumen de la estancia, su mobiliario, su ventilación y la luz que llega hasta ella. En cambio, los espacios flexibles que se pueden dividir o reagrupar según las necesidades, permiten habitar la vivienda de manera más rica y variada y ofrecen una respuesta más adecuada a las necesidades de sus ocupantes.
Existen herramientas para hacer posible cierto grado de flexibilidad en una vivienda como el muro equipado, el mobiliario móvil o que se esconde y los paneles correderos.
fotografía: Javier Ortega. Piso en Madrid more-eco
El muro equipado consiste en organizar ciertas funciones de la vivienda como almacenaje, aseos, lavandería, o incluso cocina, pegados a uno de los muros que delimitan la vivienda. El muro equipado es un enorme armario integrado a lo largo de una de las paredes de la vivienda, lleno de puertas que se abren, muebles que se despliegan y compartimentos que se esconden, quedando la superficie exterior del muro equipado totalmente cerrada. Llevando la idea al extremo, puede albergar incluso pequeñas estancias, como los aseos, permitiendo así poder usarlos por separado, individualmente o por el contrario abrirlos. Si empleamos paredes translúcidas parte de la luz interior de los muros se verterá sobre las otras estancias y podremos intuir si se están usando.
Si no es posible cambiar los límites de una habitación, sí es posible utilizar mobiliario que se mueva y cambie según la función, las horas del día o los ocupantes. Las camas que se esconden en armarios, las estanterías correderas, los carritos de almacenaje de la cocina o las mesas desplegables son buenos ejemplos de esto.
Otras herramientas para fragmentar o encadenar los espacios de la casa son los paneles correderos. Se trata de elementos móviles que se repliegan entre sí o dentro de tabiques fijos y que se pueden deslizar fácilmente para cerrar o abrir los espacios. Funcionan muy bien para separar la cocina del comedor o del salón; o bien para dividir un baño y un vestidor en varias piezas independientes; incluso para enlazar el baño y vestidor con el dormitorio.
La flexibilidad de las estancias hace más fácil y divertida la vida de sus ocupantes porque permite tener cien casas posibles dentro de una.
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La flexibilidad de las estancias hace más fácil y divertida la vida de sus ocupantes porque permite tener cien casas posibles dentro de una.
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